sábado, 19 de abril de 2008

Homenaje a Punta del Este


En 1982 el estudio de los arquitectos Barañano y Blumstein me encomendó la realización de una obra para el flamante edificio El Torreón, que acababan de inaugurar en el balneario. La obra se llamó Esfera Cósmica. A ella siguió una obra de seis metros emplazada en una plazoleta de la Playa Brava, que se llamo Homenaje a Punta del Este y me dio la primera oportunidad de trabajar con hormigón armado.

Consistía en dos robustos arcos que partían de una base común al modo de un diapasón curvo. Entre ellos, a lo largo de un eje se enfrentaban dos semiesferas de plexiglás. El agua, que circulaba por tuberías dentro de los arcos de hormigón golpeaba en forma de chorros contra la concavidad de ambas formas enfrentadas cayendo en una fuente a los pies de la obra. La dualidad repetida en los arcos, las semiesferas y los chorros de agua aludía al beso en el espacio de la mansa y de la brava, que constituía la singularidad geográfica de Punta del Este.

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